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Multimodalidad: si queremos tamaño hay que apostar

  • Última actualización
    25 marzo 2024 05:20

El ministro de Transportes ha indicado que una de las prioridades de su mandato va a ser la potenciación del transporte ferroviario de mercancías.

Al transporte por carretera de mercancías, siendo líder indiscutible de la actividad, también le interesa una mayor participación y coordinación con el transporte ferroviario, como cliente, como proveedor, y como colaborador estratégico, y no solo como competidor del mismo.

Revertir la actual situación implica la participación de múltiples agentes para apostar por su desarrollo: esos agentes son principalmente el transporte marítimo, el transporte por carretera de empresas internacionales y la logística como actividad transversal en toda la cadena de transporte, incluidos cargadores, transitarios y comercializadores logísticos.

En el lado de las infraestructuras, se necesita una apuesta de verdad por los Corredores Mediterráneo y Atlántico, así como el respaldo al corredor central de los Pirineos. En la misma dirección se presenta la apuesta logística por el corredor Sines-Badajoz-Puertollano, que tiene un interés especial y se completa en la conexión con Valencia, vertebrando el territorio ibérico y enlazando puertos del Mediterráneo con el Atlántico. Y se debe destacar, asimismo, el impulso de una nueva perspectiva en malla, sumando puertos, nodos, apartaderos industriales, y adaptaciones en apartaderos, gálibos, pesos, etc., respecto a los tramos lineales del ferrocarril.

Los estudios relativos a los indicios de yacimientos de recursos minerales estratégicos para la industria española y, en especial, su aportación al desarrollo de la nueva movilidad y la transición energética, arrojan que se requerirán planes de transporte para los que el modo ferroviario puede desempeñar un papel clave en ese ámbito.

Hay que dar seguridad y previsibilidad

Ante la caída permanente de los tráficos de las compañías ferroviarias de mercancías, especialmente de la sociedad Renfe Mercancías, la presidencia de Renfe ha optado por una de las opciones de gestión como es la asociación estratégica de la división de mercancías con un socio industrial que aporte la capacidad de gestión del sector privado y su músculo económico, siendo seleccionada la naviera MSC, que ya opera en el ferrocarril en Portugal y en España (a través de Medway). Debería quedar abierta, además, la posibilidad de dar entrada en ese tipo de alianzas a otros posibles socios industriales, cargadores, logísticos o empresas transportistas de carretera para reforzar su interés y compromiso de “subir mercancías al tren”. Entre las variadas experiencias, cabe resaltar el modelo de comercialización del transporte combinado llevado a cabo desde 1992 entre Renfe y transportistas de carretera y marítimo a través de Combiberia.

Si queremos más tamaño en el ferrocarril hay que apostar, por el lado de la infraestructura, por dar seguridad y previsibilidad, con presupuestos y calendarios, también en instalaciones, apartaderos, nodos multifuncionales y multimodales, derivaciones particulares, etc.; y por el lado de la gestión, continuar con la implicación de Adif en la creación de lazos con el ecosistema del transporte y la logística, la implementación de ayudas a la renovación de material rodante, la mejora en la disponibilidad mutualizada de locomotoras y demás elementos de transporte ferroviario, la mejora de la productividad de los maquinistas, la organización de los acarreos como parte integrante de la logística, el seguimiento on line y trazabilidad de las cargas, vagones y contenedores; es decir, inversiones y ayudas, y también acción coordinada y cooperativa en el mercado; y, por último, allí donde se detecten carencias, no dudar en abordar una reforma legislativa. Ese es el contenido de la voluntad política de impulso del transporte ferroviario de mercancías.